domingo, 29 de julio de 2012

Ganadores y perdedores en el sector industrial

La desaceleración experimentada por la industria a fines de 2011 y principios de 2012 ya se ha transformado en una contracción. Desde el mes de abril del corriente año, el EMI (estimador mensual industrial) publicado por el INDEC ha exhibido tasas de variación interanuales negativas. Como ya mencioné en posts anteriores, esto coincidió en principio con la desaceleración de la economía brasilera, pero se profundizó a partir de las restricciones a la compra de dólares y de las licencias no automáticas a las importaciones implementadas en noviembre 2011 y febrero 2012 respectivamente. ¿Cuáles han sido los sectores industriales más afectados por todos estos eventos?

Empecemos por aquellos que no parecen mostrar un cambio en su comportamiento:

Fuente: INDEC

El sector de producción de tabaco presenta un comportamiento bastante volátil a lo largo de todo el período analizado, sin tendencias demasiado claras. En cuanto a la refinación de petróleo, exhibe tasas negativas prácticamente durante todo 2011 y recién parece mostrar una mejora incipiente durante los últimos dos meses, luego de la expropiación de YPF. Por último, sustancias/productos químicos, alimentos/bebidas  y edición/impresión muestran una tasa de crecimiento promedio positiva bastante estable y su evolución tampoco parece haber sido afectada por los problemas en Brasil ni por las medidas de política económica antes mencionadas (en el caso de edición/impresión, parece haberse deteriorado en los últimos dos meses, pero todavía está por verse si realmente se trata del comienzo de una etapa contractiva en el sector).

Sin embargo, otros sectores sí han visto deteriorados sus niveles de producción durante la segunda mitad del año pasado y el primer semestre de 2012:

Fuente: INDEC

En principio, se trata básicamente del sector de producción automotriz y otros vinculados a él. La desaceleración en la producción de automóviles parece haber comenzado a mitad del año pasado aproximadamente, pero registró las primeras tasas de variación negativas después de las restricciones a la compra de divisas, situación que se profundizó luego de la implementación de las restricciones a las importaciones. La industria de producción de caucho y plásticos parece haber comenzado una desaceleración también en algún punto alrededor de la mitad de 2011. En cuanto a las industrias metálicas básicas, su deterioro parece  originarse a partir de noviembre pasado, momento que coincide con las restricciones a la compra de dólares. Por último, el sector metalmecánico no automotriz se venía desacelerando desde principios de años y pareciera haber tenido una recuperación temporal con las restricciones a la adquisición de divisas, pero su situación se ha deteriorado desde los controles a las importaciones.

Pero como siempre ocurre en la vida, no todo son malas noticias:

Fuente: INDEC

El sector textil fue uno de los que presentó un mayor deterioro durante el año 2011. Tratándose de un sector especialmente sometido a la competencia de las importaciones, es probable que esta situación se haya debido a la creciente apreciación cambiaria real. Sin embargo, desde la implementación de las restricciones a las importaciones, el sector ha reaccionado favorablemente y ya registró una tasa de crecimiento positiva de 4,5% en junio 2012. El sector de papel y cartón también se ha visto favorecido por esta medida: si bien habia pasado a tener tasas de variación nulas o negativas desde los controles a la compra de divisas, a partir de marzo el sector parece haber iniciado un período de reactivación.

Nos queda entonces un panorama bastante claro del sector industrial argentino. Un variopinto grupo de sectores se ha mostrado indiferente ante la situación externa y las políticas implementadas por el gobierno, con una incipiente luz amarilla en el caso de edición e impresión. Otro conjunto de industrias se ha desacelerado desde mitad de 2011 aproximadamente, en consonancia con el deterioro de las tasas de crecimiento de la economía brasilera, pero en general muestran un mayor deterioro luego de alguna de las medidas de ajuste llevadas a cabo por el gobierno. Estas últimas parecen ser básicamente el sector automotriz y el complejo de industrias vinculadas a él (metálicas básicas, metalmecánicas no automotrices y caucho/plástico). Estos sectores tradicionalmente tienen una importante integración con Brasil y es lógico que hayan sido afectados tanto por el menor nivel de actividad en dicho país, como por las medidas tendientes a cerrar bruscamente las fronteras económicas del país. 

Por último, el sector textil y de producción de papel/cartón son los grandes beneficiados por la restricción a las importaciones. Al menos en lo que respecta al primero de ellos, tampoco resulta extraño. Por un lado, en varias oportunidades ha habido expresiones de alguno de sus integrantes en favor de este gobierno. Por el otro, la creciente apreciación cambiaria claramente estaba volviéndola menos competitiva y sometiéndola a una mayor competencia de productos importados.

Las restricciones a la compra de dólares y a las importaciones parecen haber llegado para quedarse por un tiempo, dada la lógica del gobierno de ir siempre por todo y más allá de la posibilidad de cierta flexibilización para intentar moderar la desaceleración de la economía y corregir los errores cometidos. Tal vez haya llegado la hora de modificar nuestro portafolio de inversiones: a vender acciones de automotrices y a invertir en textiles y fabricación de papel/cartón...

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