martes, 3 de julio de 2012

Algunas consideraciones sobre la desaceleración argentina

En mi última nota, hablé sobre la recesión que se cierne sobre la economía argentina, recurriendo simplemente a una mera observación de una serie de indicadores económicos y sin mencionar sus causas. Con respecto a este punto, el gobierno ha parecido apuntar a las dificultades que atraviesa la economía mundial, posición que es políticamente lógica: el problema no somos nosotros, sino "ellos". Irónicamente, el gobierno argentino (cuyos funcionarios suelen ensalzar su propia heterodoxia) toma así una posición cercana a la de las teorías económicas más ortodoxas, que modelan los episodios de crisis a través del efecto de shocks exógenos sobre la economía estudiada. Para ser totalmente sincero, poco me importa si el argumento del Gobierno es ortodoxo o no, sino si es cierto. La hipótesis contrapuesta sería que la actual crisis ha sido originada por decisiones erróneas de política económica. ¿Refleja alguna de estas dos explicaciones lo que ocurre hoy en la economía argentina en forma completa?

En primer lugar, recurro a algunos indicadores que ya utilicé en mi nota anterior. Observemos primero la tasa de variación de la producción industrial y el nivel de actividad:

Fuente: INDEC

Las principales modificaciones en la política económica en los últimos meses fueron dos: la restricción a la compra de dólares y la implementación de licencias no automáticas para todas las importaciones. Como puede observarse, si bien el estimador mensual de actividad (EMAE) empieza a mostrar una desaceleración recién a partir de noviembre pasado (mes en el cual entraron en vigencia las restricciones cambiarias y comenzó la primer corrida bancaria contra los depósitos en dólares), el estimador mensual industrial (EMI) registra una desaceleración en su tasa de crecimiento a partir de Agosto 2011, la cual se fue profundizando posteriormente. Asimismo, el índice de demanda laboral elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella exhibe una tendencia decreciente que comenzó en Junio 2011 (también antes de la implementación de la mencionadas medidas), mientras que el índice de confianza del consumidor tocó un máximo en Septiembre 2011 y su tendencia decreciente comenzó en Octubre 2011:


Fuente: UTDT

Queda claro entonces que el deterioro de la actividad económica comenzó con anterioridad a las medidas implementadas por el gobierno, pese a que la desaceleración no se vio reflejada en principio en el EMAE. ¿Qué es lo que originó entonces esta situación? Probablemente la causa esté vinculada a la situación del principal socio comercial argentino:

Fuente: IBGE

La economía brasilera se ha venido desacelerando constantemente durante 2010-2011 y su tasa de crecimiento ha caído por debajo del 3% a partir del tercer trimestre de 2011. Tratándose del principal socio comercial argentino, queda claro que el impacto de una desaceleración en Brasil no se puede considerar trivial bajo ningún punto de vista.

Queda claro que el origen de la incipiente crisis no han sido entonces las medidas del gobierno argentino. ¿Puede considerarse entonces que las mismas hayan sido convenientes o al menos irrelevantes? Tampoco parece ser esta la posición correcta, a menos a juicio de quien escribe. Volviendo a los gráficos anteriores, la aceleración en la caída de la confianza de los consumidores parece darse a partir de Noviembre (cabe mencionar que el aumento de Enero probablemente tenga un componente estacional, ya que este indicador ha aumentado siempre en mayor o menor medida durante dicho mes en los últimos años), mientras que la caída en las tasa de crecimiento del nivel general de actividad se observa también a partir de dicho mes. Por ende, estas medidas han sido al menos inefectivas para moderar el deterioro en el corto plazo y más bien parecen haber profundizado las actuales tendencias recesivas. Observando los últimos datos del INDEC sobre comercio exterior, queda aún más clara la inconveniencia de las políticas del influyente Sr. Moreno, actual Secretario de Comercio Exterior:

Fuente: Intercambio Comercial Argentino, INDEC

Las importaciones cayeron 8% (medidas en cantidades) durante los primeros 5 meses del año, siendo los bienes de capital destinados a inversión los más afectados con una contracción del 24% interanual; en el mismo período, las exportaciones crecieron apenas un 1% en cantidad. El escenario es aún más preocupante cuando se desagregan las exportaciones, ya que estas no han caído básicamente gracias a un aumento del 11% en las ventas de bienes primarios al exterior; en cambio, las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario e industrial han registrado ambas una reducción de 1%. Por último, cabe destacar que este último rubro mostró una caída de 10% en Abril (que no puede observarse en este gráfico, pero puede consultarse en la página del INDEC) y de 14% en Mayo. 

El gobierno argentino parece enfrentar esta coyuntura con muchos menos grados de libertad que en la crisis de 2008-2009, dado que la economía presenta ya desde hace varios años algunos signos de debilitamiento, tales como una persistente fuga de capitales, un estancamiento en el nivel de reservas internacionales y una tasa de inflación moderadamente elevada. Sin embargo, la principal modificación parece ser el cambio en la lógica de la política económica. Si bien siempre ha mostrado un sesgo intervencionista, el gobierno se había encargado de implementar políticas anticíclicas durante la crisis de 2008-2009, como por ejemplo la validación de una mayor tasa de depreciación del tipo de cambio nominal y un programa fiscal de subsidios de puestos laborales que procuraba sostener el nivel de empleo. En esta oportunidad, parece más bien predominar la lógica del ajuste y recién en los últimos días se han hecho algunos anuncios de raíz contracíclica y keynesiana, en particular un programa de créditos para la construcción de viviendas y otro para jubilados y pensionados. Ciertamente se trata de un ajuste "maquillado" y parece diferenciarse de aquel aplicado en la Argentina de 1999-2001 y de las actuales reducciones del gasto público en Europa, pero no por eso dejan de ser políticas procíclicas y altamente inconvenientes para esta coyuntura, en el sentido de que parece estar profundizando la desaceleración de la economía. Procuraré dar un panorama más amplio sobre la política económica de los últimos meses y la lógica detrás de la misma en el próximo artículo.

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