sábado, 21 de julio de 2012

El juego de las diferencias: Argentina 2009 vs. Argentina 2012

Retornando al tema de la caída en el nivel de actividad, mencioné en mis posts anteriores que la política del gobierno argentino frente a la desaceleración ha sido procíclica y que la reacción debería basarse en parte en las lecciones extraídas de otros episodios de crisis pasados. Pocas dudas caben a esta altura de que las restricciones a la compra de divisas (no solo por el aumento en la incertidumbre que generan, sino por las restricciones de liquidez que implican en el corto plazo en algunos sectores, como en el mercado inmobiliario) y a las importaciones son claramente recesivas. ¿Qué ha hecho el gobierno hasta el momento con los instrumentos de política más tradicionales? ¿Su reacción también ha sido distinta a la de la recesión de 2009 también en estos aspectos? Miremos en primer lugar la política fiscal:

Fuente: Elaboración propia en base a MECON.


La linea en rojo muestra la tasa de crecimiento interanual de los gastos corrientes del presupuesto nacional. Como puede observarse, el promedio parece bastante constante a lo largo de todo el período analizado. En cambio, los gastos de capital (que incluyen las inversiones realizadas por el Estado) y los ingresos tributarios (Impuesto al Valor Agregado, Ganancias, etc.) han presentado fluctuaciones de acuerdo al ciclo económico. Las lineas en verde y azul oscuros muestran además el promedio de estas dos tasas de crecimiento para cada año.

Lo más importante que debe destacarse es que los gastos de capital muestran una evolución bastante dispar en los últimos meses de 2011, ya que su tasa de crecimiento aumentó significativamente en Agosto y Septiembre, pero se redujo e incluso se volvió negativa en los últimos meses del año. En 2012 se ha aumentado la tasa de crecimiento promedio hasta el momento, pero esta aún es muy inferior a la registrada en 2009. En cuanto a los ingresos tributarios (entendiéndolos como un proxy de la política impositiva), parecen ser procíclicos en 2012: mientras el gobierno toleró que prácticamente no crecieran en 2009, en el corriente año todavía tienen un promedio de tasa de crecimiento casi igual a la de 2011. Esto probablemente indique que la economía todavía no se encuentre en recesión, pero también quiere decir que hasta ahora el gobierno no ha emprendido una reducción de la presión fiscal. En resumen, parece haber habido una reacción del gasto público en el mismo sentido que en 2009 (aunque en menor medida que en 2012 hasta el momento); en cambio, por el lado impositivo, no ha habido ninguna acción de estímulo a la economía.

¿Qué ocurrió con la política monetaria? Miremos la tasa de expansión de la base monetaria y de M2:


Fuente: BCRA


La expansión de la base monetaria fue bastante procíclica en 2007/2009. Pese a esto, la reducción en la tasa de crecimiento de la base monetaria no tuvo como contrapartida una caída significativa en la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero medida a través de M2 (base monetaria + depósitos en cuenta corriente y cajas de ahorro). A partir de principios de 2010, el BCRA incrementó significativamente la tasa de crecimiento de la base monetaria, lo cual esa vez sí se reflejó en la evolución de M2. Por lo tanto, la política monetaria se volvió fuertemente expansiva en un momento en que la economía ya estaba saliendo de la breve recesión de 2009. Sin embargo, desde mediados de 2011, la expansión en la base monetaria se ha separado del nivel de crecimiento de M2, que ha caído en los últimos meses por debajo del 25% de aumento interanual. Esto indica que desde que la economía se ha empezado ha desacelerar, el Gobierno ha continuado (o se ha visto obligado a continuar) con la lógica procícilica en lo que respecta a la política monetaria y se redujo la tasa de aumento de la cantidad de dinero aproximadamente en 10 puntos porcentuales. Por último, tal vez debido a que ambas tasas de crecimiento de la base monetaria y de M2 aún son más elevadas que en la crisis de 2009, la tasa de inflación no ha cedido hasta el momento, a diferencia de lo ocurrido en aquel año. Más allá de esto, lo importante de este punto es que, si bien aún permanece por encima del nivel de 2009, puede observarse que la tasa de crecimiento de M2 se ha reducido más bruscamente a fines del año pasado que durante la crisis previa, ¡y luego de aumentar en meses de épocas de expansión económica! Si bien la política monetaria fue levemente procíclica en 2009 también, esta vez parece tener un sesgo aún más pronunciado en ese sentido.

Sin embargo, la mayor diferencia en la política económica radica sin lugar a dudas en la política cambiaria:

 
Fuente: BCRA y blog Cosas que Pasan.


A fines de 2008, cuando empezó el punto más álgido de la crisis internacional luego del derrumbe de Lehman Brothers, el gobierno argentino validó una depreciación del tipo de cambio nominal. Gracias a la política monetaria levemente contractiva antes mencionada, esta depreciación nominal fue acompañada de una caída en la tasa de inflación, lo cual permitió una pequeña depreciación del tipo de cambio real multilateral. Este accionar sirvió para mejorar la competitividad de la economía, absorber el shock externo sufrido y meses más tarde retomar la senda de crecimiento económico. En esta oportunidad, el gobierno aceleró solo levemente la tasa de depreciación y no ha sido capaz hasta el momento de reducir la tasa de inflación, con lo cual el tipo de cambio real ha continuado la tendencia a la apreciación registrada en los últimos años, en lugar de absorber el shock externo de los últimos meses.


¿Por qué no repetir entonces la relativamente exitosa experiencia de 2009 en vez de utilizar desvaríos tales como los controles a la compra de divisas y a las importaciones? Una depreciación del tipo de cambio nominal, en conjunción con una menor tasa de expansión de la cantidad de dinero y una mayor tasa de interés que reduzcan la tasa de inflación, permitiría absorber el shock externo. Inclusive, la depreciación del tipo de cambio nominal implicaría un aumento en la recaudación fiscal por retenciones a las exportaciones agropecuarias, que podría ser destinado a financiar un programa de expansión del gasto público. 


Es difícil entender la lógica de la política económica actual, pero evidentemente quienes estaban a cargo de la misma en 2009 (en especial, de la política monetaria y cambiaria, donde ha cambiado radicalmente el perfil de las autoridades) eran mucho más idóneos que los funcionarios actuales. Dicen que lo último que se pierde es la esperanza, con lo cual todavía creo por mi parte que corregirán el rumbo. Lo cierto es que el gobierno habla en contra de las medidas de ajuste europeas en época de recesión, pero aplican localmente  la misma lógica de política económica con otros instrumentos. Mientras tanto, el estimador mensual de actividad económica publicado pya mostró una contracción interanual en Mayo 2012, esta semana se anunció un demorado ajuste parcial de tarifas públicas y los que empiezan a pagar los platos rotos por el gobierno son los ciudadanos argentinos.

1 comentario:

  1. Muy buen post Nico.
    A mi juicio, respecto a los agregados monetarios, cuya dinámica es procíclica como lo expones en los gráficos, estimo que hay un sinceramiento de facto en las autoridades en relación a las tasas de inflación. Creo que una expansión en la tasa de crecimiento de la base monetaria se trasladaría casi súbitamente a precios y, es de temer, una dinámica á la espiral inflacionaria (como dirían algunos papers de los ´80). No obstante, por otro lado, el crecimiento económico ha cedido pero creo que no en la base más dura. Si la política monetaria llegaría a ser expansiva con impetud, la economía notaría un empuje pero desde la demanda. En contraposición al presente argumento, comenzó a activarse el factor salida de liquidez de los bancos.
    Creo que es un punto bastante álgido como mencionas pero en este caso para la política económica del gobierno. Seguramente el plan de viviendas sea un factor de recuperación pero, sin dudas, el problema inflacionario sigue siendo el principal amo de la distorsión económica nacional, y cuando estamos ante escenarios distorsionados hay que ponerse los lentes para mirar sistémicamente en aras de una solución lo menos dolorosa posible.
    Tincho.

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