lunes, 17 de diciembre de 2012

La primera señal de recuperación de la industria argentina y sus causas

Hace ya un tiempo, escribí algunas notas criticando la política económica    implementada por el gobierno argentino para enfrentar la desaceleración de Brasil, el principal socio comercial argentino. Aunque reconocí que el origen de la desaceleración en la tasa de crecimiento argentina era exógeno, también intenté mostrar que la economía argentina se terminó estancando luego de que el gobierno tomara medidas radicalmente distintas a las implementadas durante la crisis de 2009. Para reiterar brevemente la conclusión de esas notas, a mi juicio el error fue la negativa del poder ejecutivo a permitir una depreciación del tipo de cambio tal que permitiera absorber el shock externo sufrido, en conjunción con un aumento de las tasas de interés que modere la tasa de inflación, lo cual hubiera provocado una depreciación del tipo de cambio real (o al menos, un freno en la apreciación observada en los últimos años). 

En lugar de reiterar estas medidas, que constituyeron una efectiva reacción de política económica en la crisis de 2009 (junto con una mayor tasa de expansión del gasto público) y permitieron una rápida salida de la misma, el gobierno se negó en principio a validar una mayor depreciación  del tipo de cambio nominal y un aumento de tasas, para lo cual recurrió a una serie de medidas de ajuste tales como la restricción casi total a la compra de divisas y la implementación de barreras a las importaciones. Aunque los funcionarios oficialistas adujeron siempre que de esta forma se garantizaban los dólares necesarios para pagar los vencimientos de deuda externa y se protegían las reservas internacionales del Banco Central, lo cierto es que las reservas cayeron (sobre todo en relación al PBI) y la economía se comenzó a estancar, sin que se produjera al principio el necesario ajuste en el tipo de cambio real, tal que se detenga el deterioro en la competitividad y se encarezcan algunas de las fuentes de fuga de divisas (como por ejemplo, las importaciones y el turismo en el exterior).

En los últimos días, hemos tenido una buena noticia en el frente externo, ya que la industria brasilera volvió a mostrar en octubre una tasa de crecimiento positiva, luego de un año completo de contracción:

Fuente: Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística

Su efecto sobre la industria argentina no se demoró, ya que también la industria argentina (EMI) dio una señal de reactivación luego de varios meses de contracción:

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos

Todavía no se dispone del dato del Estimador Mensual de Actividad Económica, que mide también al sector primario y de servicios. Sin embargo, teniendo en cuenta que ambos indicadores se han movido en el mismo sentido en los últimos meses, pero con el EMAE mostrando siempre un menor deterioro, la mejora en la economía brasilera debería también reflejarse en el nivel de actividad general.

Parece claro que la recuperación en la industria brasilero probablemente sea el motivo de esta incipiente reactivación en la industria argentina. ¿Qué ha ocurrido en el plano interno? Lo primero que debemos destacar es una leve modificación en la evolución del tipo de cambio nominal (TCN) y las tasas de interés:

Fuente: BCRA (TCN y Tasa de Interés) y blog Cosas que Pasan (tasa de inflación anualizada basada en índices de precios al consumidor provinciales).

Luego de la corrida contra el peso de fines de 2011, el Banco Central mantuvo constante la tasa de depreciación del TCN en un 8% interanual. A partir de mayo, comenzó a acelerar la misma hasta llevarla a un 12.5% interanual en octubre. Asimismo, luego del incremento en las tasas de interés de fines de 2011 (también producto de la corrida contra el peso), había validado una reducción en las mismas. Esto se comenzó a revertir levemente a partir de Julio 2012. Como resultado de esta política, la tasa de inflación (eje derecho) parece estar manteniéndose constante en torno al 22% interanual, de acuerdo a la estimación basada en los índices de precios provinciales. Esta combinación de políticas logró exactamente el resultado esperado, ya que a partir de agosto parece haberse detenido la apreciación del tipo de cambio real:

Fuente: blog Cosas que Pasan.

Esto implica una clara modificación de la política económica, que ahora parece estar apuntando a una mayor tasa de depreciación del tipo de cambio y tasas de interés levemente más elevadas. Por otro lado, teniendo en cuenta que la tasa de inflación permanece por encima del 20% (algo que no ocurrió en 2009), podría considerarse necesaria cierta profundización de esta política, sobre todo si se desea que la industria argentina recupere competitividad en el corto plazo. En este sentido,  parece clave hacer ajustes en la tasa de expansión de los agregados monetarios, que actualmente presentan un comportamiento muy diferente a 2009, cuando llegaron a tocar el 0% de crecimiento interanual:

Fuente: Banco Central de la República Argentina.

La tasa de variación interanual de la base monetaria se acerca al 40% en los últimos meses, mientras que la expansión de M2 permanece en torno al 25-30%. Con este ritmo de expansión monetaria, parece difícil que la tasa de inflación se modere significativamente.

Asimismo, es imperativo corregir las restricciones a las importaciones y a las compras de divisas. En la medida en que mejore la cosecha de soja y se recuperen las exportaciones industriales a Brasil (como espera el grueso de los economistas argentinos), el mayor ingreso de divisas, así como una mayor corrección en las políticas cambiaria y monetaria, deberían allanar en parte el camino para levantar las restricciones a las compras de divisas (lo cual permitiría comenzar a eliminar el mercado paralelo del dólar y por ende el actual desdoblamiento de facto del tipo de cambio) y a las importaciones. Llamativamente, es este aspecto el que genera más escepticismo, ya que el ánimo irracionalmente intervencionista del gobierno no parece que vaya a ceder, sobre todo teniendo en cuenta que se ha mantenido a los funcionarios que tomaron estas medidas y que el giro hacia un modelo más parecido al venezolano es cada vez más evidente.

Queda claro entonces que quedan cuestiones por corregir, pero el ajuste en la tasa de depreciación del tipo de cambio nominal y las mayores tasas de interés no dejan de ser una buena señal: han permitido que la incipiente recuperación brasilera surta efecto y que el sector industrial muestre su primer signo de reactivación en varios meses. Quedará en manos del gobierno la decisión de profundizar este improbable camino de pragmatismo en la política económica, pero solo hace falta revisar los titulares de los diarios argentinos para notar que todas las declaraciones de la presidente y sus funcionarios parecen indicar lo contrario.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el planteo. Es llamativa la correlación de la industria de Brasil y la doméstica; muy evidente la integración entre ambos países.
    Respecto a la comparación de las respuesta de política de 2009 y la actual en el contexto de desaceleración, creo que el reconocimiento indirecto que estamos ante tasas de inflación robustas se nota en el tipo de política que, como decís, es de sesgo procíclico a diferencia de la contraciclicidad de 2009.
    Por otra parte, creo que la ejecución de la política económica en escenarios de crecimiento sostenido de precios, vislumbra un set de limitaciones que se extienden a sus efectos. En este sentido, si tomamos la política monetaria, mi apreciación es que debería ser más enfática en comparación a escenarios de menor dinamismo de precios, pues sino puede ser endeble. Desde aquí que, espero equivocarme, la merma resultante en la apreciación real del tipo de cambio, es solo transitoria.
    Coincido totalmente que el año próximo seguiremos con restricciones cambiarias y quizás por un tema de imposibilidad dada por la incertidumbre de qué puede suceder si liberan el chaleco de fuerza en materia cambiaria. Voy a ser atinado pero creo que es bastante complicado eliminar totalmente tales restricciones sin antes no reducir fuertemente las expectativas y la inflación real.

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  2. Si, y supongo que esa integración es básicamente industria automotriz, que es la que mayor peso tiene en el EMI.
    Si, es todo un tema la comparación con 2009 y da hasta para escribir un paper. Como ya escribí en algún momento, creo que el esquema de políticas implementadas en 2009 fue muy razonable y principalmente exitosas (y con otro equipo económico más idóneo en el Banco Central). Todo dicho ex post, es decir, con "la sabiduría del después". Yo hubiera seguido por el mismo camino (que es básicamente, política monetaria contractiva, fiscal expansiva y depreciación del tipo de cambio nominal). Creo que el punto pasa por reconocer que Argentina es una economía pequeña y abierta (aunque ahora no tanto), con lo cual esta salida expansiva (a pesar de la política monetaria contractiva).
    Si, creo que va a ser complicado salir del cepo sin enviar una señal clara de política económica, porque en cuanto liberes va a salir todo el mundo a comprar dólares. Esto incluye probablemente la necesidad de hacer un cambio de equipo económico, por uno de carácter mucho más moderado.

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