sábado, 17 de noviembre de 2012

La energía perdida: la situación de las distribuidoras eléctricas de Buenos Aires

La semana pasada un importante apagón eléctrico sorprendió a varios barrios de la Ciudad de Buenos Aires y zonas circundantes. Este hecho ha llamado la atención sobre la situación del sistema de distribución de electricidad de esta zona urbana, que en los últimos años ha sido uno de los íconos de la política de fijación tarifaria y servicios públicos subsidiados del gobierno kirchnerista. 

En un contexto inflacionario y con un creciente deterioro fiscal, no han sido pocos los críticos de esta política, teniendo en cuenta además que dichos subsidios se han focalizado en la oferta y no en la demanda. En otras palabras, los subsidios han sido masivos y no se ha distinguido la situación socioeconómica de los usuarios, lo cual implica que (junto con los subsidios de otros servicios públicos, tales como el agua o el gas) pueden considerarse altamente regresivos en términos de su efecto sobre la distribución del ingreso. El único intento de corrección de esta situación por parte del gobierno comenzó a fines del año pasado, momento en el cual se empezaron a levantar los subsidios en servicios públicos a zonas residenciales de alto poder adquisitivo. Sin embargo, el avance en este sentido se suspendió cuando los signos de enfriamiento de la economía comenzaron a ser evidentes.

Ahora bien, además de esta crítica al efecto que este tipo de políticas tiene sobre los usuarios, ¿cuál está siendo el efecto sobre las empresas distribuidoras de energia eléctrica? Veamos en particular un breve panorama de la situación económico-financiera de las empresas que brindan este servicio en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores, Edenor y Edesur.

Analicemos primero la situación de Edesur, de la cual pude conseguir menos información: 

Cuadro 1. Situación económico-financiera e inversiones de Edesur

Fuente: Memoria, Reseña Informativa y Estados Contables de Edesur S.A. 2008-2011. Montos en millones de pesos

Está más que claro que su situación patrimonial se ha deteriorado significativamente en los últimos años, si nos guiamos por el índice de solvencia (patrimonio neto/pasivo total). El patrimonio neto ha caído un 36% en términos nominales entre 2008 y 2011, ¡mientras que el pasivo total se incrementó 1.3 veces! Este aumento en los pasivos ha sido de $1800 millones (U$S 375 millones), de los cuales $1100 millones (U$S 229 millones) son explicados por el rubro Otros Pasivos. De este monto, $400 millones (U$S 83 millones) se debe a un aumento en multas y sanciones por problemas en sus servicios y $700 millones (U$S 146 millones) a un incremento en deudas asociadas a la "Resolución 1063/2005 - PUREE", que establece la creación de un fondo de estabilización del precio del mercado eléctrico mayorista con los recursos obtenidos del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica, el cual básicamente premia a los usuarios que reducen su consumo de energía respecto al año anterior y castiga a los que lo han aumentado. Claramente, este programa parece resultar bastante oneroso para Edesur.

Cabe destacar que, con la política de fijación tarifaria, los ingresos por ventas apenas han aumentado cerca de un 16% entre 2008 y 2011, en una economía que ha presentado en todos esos años tasas de inflación de dos dígitos. Los costos de explotación y la estructura de gastos administrativos y de comercialización muestran una variación significativamente superior (43% y 63.5% respectivamente). Como consecuencia de esto, el deterioro en el resultado de la compañía ha sido invevitable: en 2011 perdió $461 millones (U$S 96 millones), lo cual representa más de un 19% de su facturación y prácticamente un tercio de su patrimonio neto.

¿Qué ocurrió con Edenor en el mismo período?

Cuadro 2. Situación económico-financiera e inversiones de Edenor

Fuente: Memoria, Reseña Informativa y Estados Contables de Edenor S.A. 2008-2011.Montos en millones de pesos

Como podrá notarse, el índice de solvencia se redujo en 2011 a un tercio de lo que era en 2008. Los pasivos de la compañía se duplicaron entre dichos años. ¿A qué se debe este incremento de $2000 millones (U$S 417 millones)? Aproximadamente $1000 millones (U$S 208 millones) se deben a lo mismo que en el caso de Edesur: sanciones/multas y mayoritariamente deudas vinculadas al programa de uso racional de energía. Las ventas también han crecido muy poco (apenas un 14%) en relación a la tasa de inflación, mientras que el costo de explotación (incluyendo en el mismo los gastos de transmisión y distribución, que esta empresa presenta como un rubro aparte en su estado de resultados) aumentó 29% y la estructura de gastos de administración y comercialización alrededor de un 80%. Este proceso ha llevado también a un claro deterioro en su resultado final, que es llamativamente similar al de Edesur (casi un quinto de la facturación neta y un tercio del patrimonio neto).

Evidentemente, la conjunción de la actual política tarifaria con un contexto inflacionario han perjudicado el funcionamiento de estas empresas. La memoria del balance de Edenor nos brinda más información para ilustrar este punto. La evolución de la tarifa ha sido claramente inferior a la tasa de inflación de los últimos años (lamentablemente no se aclara en la memoria si toman la tasa de inflación oficial o una estimación privada para el cálculo... si estuvieran tomando la tasa de inflación oficial, la contracción real de la tarifa sería en realidad mucho mayor a la indicada por la empresa):

Cuadro 3. Indice base 100 nominal y real de la tarifa Edenor

Fuente: Memoria de los estados contables de Edenor S.A. año 2011.

Tampoco ha guardado relación alguna con el incremento en el costo de la energía, que se ha triplicado desde el año 2002:

Gráfico 1. Evolución del costo de la energía eléctrica en el mercado estacional

Fuente: Memoria de los estados contables de Edenor S.A. año 2011.

Asimismo, debe destacarse que la tarifa eléctrica de Edenor ha quedado significativamente atrasada en relación a otros países, lo cual también parece indicar la inviabilidad de la actual política tarifaria:

Gráfico 2. Tarifa de Residencial e Industrial de Edenor vs. otros países

Fuente: Memoria de los estados contables de Edenor S.A. año 2011.

Aún si consideramos la tarifa sin subsidios y si nos comparamos con otros países de Latinoamérica, como Perú, Chile y Brasil, la tarifa residencial parece bastante atrasada. La tarifa industrial sin subsidios sí se ubica en un nivel similar al de Perú y Francia, pero bastante inferior al de otros vecinos, como Chile y Brasil.

Todo esta información creo que debería llamar a reflexionar sobre la política energética argentina. Por un lado, el gobierno argentino debería percatarse que las ganancias electorales de tener subsidios masivos a los servicios públicos generan graves problemas de sostenibilidad en el mediano/largo plazo, además de elevados costos fiscales y un efecto regresivo sobre la distribución del ingreso. En este sentido, debería disponer de todos los recursos, incluidos los humanos, para evaluar las distintas posibilidades sobre como salir de este embrollo.

Sin embargo, la mayor reflexión y cambio de mentalidad debería venir de la sociedad argentina, en particular luego del gran apagón eléctrico de la semana pasada. No podemos pretender tener servicios públicos decentes sin pagar por ellos. Si no lo hacemos a través de la tarifa eléctrica, entonces deberá pagarlo el Estado a través de subsidios o estatizando las compañías cuando ya se tornen inviables, con el costo que ello implica en términos de recursos fiscales y del desvío de su atención de otros servicios públicos aún más importantes que hoy dejan bastante que desear, tales como salud, educación y seguridad públicas. "There's no such thing as a free lunch" hubiera dicho Milton Friedman.

2 comentarios:

  1. Muy buen análisis Nico.
    Nuevamente economistas de dos corrientes de pensamiento distintas nos dan una gran lección para comprender los fenómenos macro y microeconómicos actuales.
    Un macroeconomista heterodoxo como H. Minsky nos recuerda que la fragilidad patrimonial (fuerte crecimiento de los pasivos o deterioro del patrimonio neto) de estos entes económicos puede traer consecuencias muy graves sobre la prestación del servicio, pues es claro el deterioro de la prestación y, a su vez, el sector público no está en condiciones de hacerse cargo. Ni hablar de la inversión en un escenario de fuerte crecimiento sostenido de la demanda y fijación de precios.
    Por el lado de Milton, como lo mencionas al final de la nota, alguien debe pagar el almuerzo, nada es gratis. Como siempre, la sociedad paga los costos de algo que aprobó o no.
    Finalmente dejame que te agregue una especie de reflexión: es evidente que los individuos se comportan de una manera procíclica en relación a los costos que deben pagar con lo cual años atrás nadie pensaba que era necesario un aumento en la eficiencia y en los niveles de las tarifas, si queres una mejora en el sentido de Pareto.
    En consecuencia, podríamos derivar en un clara evidencia sobre el comportamiento racional acotado y una gran miopía en los agentes.
    Eso es todo.

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  2. Si, nos metemos en un concepto intertemporal de la eficiencia de Pareto... abriéndose la puerta a que el Estado pueda lograr una mejora paretiana si interviene y asigna correctamente los recursos intertemporalmente.
    Por mi lado, cabe aclarar algo respecto al comportamiento de los individuos. A mi me parece que el comportamiento de los argentinos en estas cuestiones está fuertemente influenciado por la memoria de hechos pasados y las señales que le llegan de las autoridades. La falta de disposición a financiar "voluntariamente" servicios públicos pasa por años de malos servicios, falta de inversiones, falta de respeto a las instituciones, etc., ya que nadie espera que la otra parte (la empresa) y/o el regulador (el gobierno) cumplan con su porción del contrato. En este caso, creo que la falta de racionalidad (en sentido económico) es una reacción racional (en sentido amplio) a estas cuestiones.

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