lunes, 13 de agosto de 2012

El sistema financiero sigue sólido

Restricciones a la compra de divisas extranjeras, fuga de depósitos en dólares, reforma de la carta orgánica del Banco Central, crédito obligatorio a empresas a tasas de interés reales negativas. Nada de esto parece debilitar a las entidades financieras argentinas. En los últimos días, algunos de los bancos que cotizan en el MERVAL parecen estar queriendo empezar a recuperar parte del terreno perdido:


Si bien esto puede resultar llamativo, lo cierto es que los bancos y el sistema financiero argentino en general tienen aún importantes motivos para festejar. Aunque la economía argentina parecería estar entrando en recesión (como ya he mencionado en notas anteriores), la actividad de intermediación financiera sigue creciendo de la mano de los créditos al consumo:

Fuente: BCRA

El crédito total otorgado por el sistema financiero regulado (bancos y entidades financieras que reportan al BCRA) apenas ha reducido su tasa de crecimiento interanual en los últimos meses de alrededor de un 50% a algo más de un 30%. El comportamiento del total de crédito se ha movido en sintonía con los préstamos personales, uno de los productos financieros que ha sido más utilizado para financiar el consumo en los últimos años. A su vez,  las financiaciones con tarjeta de crédito ni siquiera han visto afectada la tasa de crecimiento de 45-50% que exhiben desde fines de 2010. Los créditos prendarios, asociados fuertemente a la evolución de la industria automotriz, sí han sentido un fuerte impacto  y su tasa de crecimiento se ha reducido a la mitad, aunque la misma sigue en julio en un nivel nada despreciable de alrededor de 40%.

Esto puede resultar sorprendente si se tiene en cuenta que el producto industrial está cayendo desde hace ya algunos meses y el nivel general de actividad económica parece haber empezado a decrecer en Mayo. Sin embargo, no resulta tan llamativo si se tiene en cuenta que el impacto sobre el consumo, principal pilar del modelo económico actual, ha sufrido un impacto limitado:

Fuente: INDEC

Si bien estos indicadores probablemente se encuentren sobreestimados por la adulteración del relevamiento de precios al consumidor del INDEC, teniendo en cuenta que la inflación del INDEC ronda un 9-10% y la de los institutos provinciales de estadísticas 22-23%, queda claro del gráfico que las ventas en centros comerciales han sentido el impacto de la caída en el nivel de actividad, pero las ventas de supermercados siguen creciendo a una tasa real positiva.

Además de la inmutabilidad del consumo y los créditos destinados a financiarlo, el nivel de morosidad de estos últimos apenas se ha incrementado en los últimos meses y sigue registrando un nivel bajo en términos históricos:


Fuente: BCRA

donde la cartera irregular está compuesta por el porcentaje de créditos con atraso mayor a 90 días (Abril 2012 es el último dato disponible para esta serie). Tampoco parece haber sido afectado significativamente el nivel de rentabilidad de las entidades financieras:

Fuente: BCRA

Como se observa en el gráfico, el ROE del sistema financiero en su conjunto no solo no disminuyó hasta Abril 2012 (también último dato disponible), sino que ha permanecido en forma persistente por encima de la inflación en los últimos dos años.

Por lo tanto, el consumo ha logrado eludir en cierta medida la caída del nivel de actividad económica. Gracias a esto, el negocio financiero ha permanecido muy sólido y no ha sido perjudicado todavía por la actual crisis económica, pese a que han sido varias las medidas que lo afectaron directa o indirectamente. Tanto el consumo como los productos financieros destinados a financiarlo han sido uno de los pilares del modelo económico actual, el cual suele ser denominado como "de acumulación matriz diversificada e inclusión social", pero se asemeja más a un modelo "consumista con tasas de interés negativas". 

Solo el tiempo dirá si la crisis se profundiza y afecta al consumo y al sistema bancario que lo financia. Ya hemos visto caer la acumulación de reservas, el desendeudamiento (vía endeudamiento con organismos estatales tales como la ANSES, el Banco Nación y el Banco Central), los superávits gemelos (fiscal y de cuenta corriente), el tipo de cambio real competitivo y estable... éste sea tal vez el último pilar del modelo kirchnerista original que queda por caer y definitivamente el que le traería mayores problemas internos al gobierno actual. Cuesta creer que se quiera avanzar en este sentido, pero la capacidad del gobierno para crearse conflictos y problemas económicos ya nos ha sorprendido varias veces en estos 9 años.

4 comentarios:

  1. Muy bueno Nico.
    Una observación que seguramente la estabas pensando mientras armabas el post: Fijate que más del 36% de la base monetaria está en poder del público que va, en su mayoría, al consumo dada la poca oferta (fácil para el individuo no especializado) de opciones de ahorro.
    Si va al consumo y la inversión se contrajo, la contrapartida de estos movimientos financieros debe ser la tasa de inflación (Fischer).
    Creo que nos debería llamar a la reflexión dado que si pensamos en el proceso, es un poco peligroso el cumulo de inestabilidades o fragilidades que se están generando. También hay que sumar las distorsiones que genera la dinámica de precios.

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    1. Gracias Tincho. Si, estoy totalmente de acuerdo. Y no hace falta ser monetarista para entenderlo así... es simplemente un esquema de oferta y demanda agregadas. Si estimulás la demanda y la oferta es inelástica (léase, bajo nivel de ociosidad de la capacidad instalada y de la mano de obra), la mayor parte del estímulo debería ir inevitablemente a precios.
      Más allá de eso, permitime un pequeña disquisición más sobre este punto. Siempre me ha dejado serias dudas el argumento que se suele utilizar acerca de la inversión como política anti-inflacionaria. Yendo a este ejemplo en particular, si el estímulo monetario fuera a parar a inversión, en el corto plazo aumentaría la demanda (efecto multiplicador incluido), pero las inversiones tardarían un tiempo en madurar y las empresas no podrían aumentar la oferta agregada en el corto plazo. Por ende, una política que genere un aumento de la inversión sería inflacionaria en el corto plazo. En el mediano-largo plazo, sí se me ocurre que puede generar una reducción en la tasa de inflación, pero dependiendo de las magnitudes de los desplazamientos en la demanda y la oferta agregada que genere el incremento de la inversión.

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  2. Nico,
    Respecto al segundo parráfo yo le metería un detalle. Si bien estoy de acuerdo con lo que decís pero esto dependería de dos aspectos o circunstancias (ésta última para para el primer punto):

    1- En 2002 era sustancialmente necesario hacer política ``demand side´´, el tema es que ésta política se sostuvo y profundizó en el tiempo sin hacer una motivación pari passu a la oferta. Recuerdo que no se debeja elevar los precios razonablemente ni modificar la estructura tarifaria de los servicios públicos sobre la demanda con más poder adquisitivo. Todos estos aspectos y algunos más, hicieron que la oferta quedé por detrás de la demanda en contextos donde todavía la inflación no era un problema, 6-9% para nuestras economías no es tan dramático. Ahora el escenario es radicalmente distinto, lo único que sigue siendo similar es el crecimiento del consumo aunque con sus matices. Entonces, si la inversión acompaña al crecimiento de la demanda en un contexto como el de 2004-2006 podríamos decir que sería una política con sesgos antiinflacionarios.

    2- dado 1-, pienso; desde una posición constructiva, reflexiva y amena; que a los hacedores de política se les debería haber prendido la luz roja respecto a este tema. Creo que la solución va más por las sendas de la economía política que de la política económica. Con esto aludo a que de una vez, y no sería reconocer un fracaso y arrodillarse frente a los demás como piensan algunas tribunas, se debería convocar a los sectores de la economía para establecer un marco temporal y obligatorio de paritarias salariales y subas de costos/precios. Se hace totalmente necesario analizar qué ocurre intra cadena de valor. Por ejemplo: se debería conocer en el sector lechero cuáles son los factores que en la puerta de establecimiento hay un precio y en las góndolas el precio está por encima del promedio histórico.
    Bueno ese es un caso.

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  3. Si, estoy de acuerdo. La necesidad del aumento de la tasa de inversión en un país emergente con altas tasas de crecimiento del producto en los últimos años y encima con cada vez mayores problemas de infraestructura es innegable y es posible hacerlo sin generar más presiones inflacionarias. Por otro lado, creo que tendría que ser acompañado por políticas públicas anticíclicas que moderen la demanda agregada (no justamente al componente inversión, sino al componente consumo), si queremos además reducir la tasa de inflación. Aunque esto sea políticamente incorrecto, sinceramente no veo a los argentinos ahorrando voluntariamente un 40/50% del producto para poder crecer a tasas chinas para financiar la inversión y por ende el incentivo tiene que creado y coordinado por el Estado.
    El tema de las cadenas de valor es más micro y creo que hace más al tema competitividad y política anti-trust (es decir, para hablar mal y pronto, al nivel de precios y no a su variación). Mi hipótesis es que tiene algo que ver con el costo del transporte, pero es solo una idea y no tengo demasiado sustento empírico (probablemente sea solo un factor de otros tantos). Igualmente, vale aclarar que, si se trata de un problema de acumulación de poder de mercado en alguna parte de la cadena, no creo que tenga que ver con el problema inflacionario, porque requerís un impulso de demanda para que un monopolio, oligopolio o competidor monopólico tenga incentivos a aumentar sus precios. Pero valdría la pena estudiar si, ante desplazamientos de la demanda, la tasa de crecimiento de los precios asociada a ese desplazamiento se va reduciendo a medida que el mercado es más competitivo. Tema para un futuro post...
    Ojo que por decir que es micro y no tiene que ver (para mi) con la inflación, no digo que no sea importante atenderlo. Es más, como tiene que ver con la competitividad y política anti-monopolios, lo veo más ligado a temas de planificación estratégica y de desarrollo. Por ende, te diría que en principio es mucho más relevante que un tema coyuntural (como lo es la actual tasa de inflación de 25%).

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