domingo, 22 de diciembre de 2013

Prediciendo la evolución del dólar: un modelo econométrico simple de la cotización del dólar informal.

Desde la implementación del cepo cambiario, el mercado del dólar paralelo, “blue” o informal ha acaparado la atención de los argentinos. Muchas personas siguen diariamente su cotización, ya sea acercándose a alguna “cueva” con que operan, a través de las páginas web de los medios de comunicación argentinos o inclusive siguiendo a alguna cuenta de Twitter o página web creada solo a los efectos de publicar dicha cotización. En mayor o menor medida, puede decirse que se ha vuelto una obsesión, así como lo fue el riesgo país durante la crisis de 2001.

Habitualmente se puede escuchar y leer la opinión de economistas, políticos y analistas de diverso tipo sobre los factores que determinan su evolución, las cuales remiten en muchos casos a la evolución de algún otro tipo cotización o valuación del dólar. Tal vez la otra cotización más mencionada en la prensa especializada en economía y finanzas es el denominado “contado con liquidación”, que es la cotización resultante de adquirir un bono del gobierno nacional argentino denominado en dólares en el mercado de valores local y luego venderlo en el exterior. Por ejemplo, si compro en el mercado local un bono a $8,5 y lo vendo en el mercado de valores norteamericano a U$S 0,90, la operación habrá sido equivalente a comprar un dólar con $9.44 (8.5/0.90=9.44). En reiteradas oportunidades, la estrategia del gobierno para bajar la cotización del dólar informal consistió en vender bonos en dólares en posesión de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) para reducir su cotización local y así bajar el contado con liquidación. Otra cotización que obviamente podría ser relevante en este mercado es la del dólar oficial. Por ejemplo, para un nivel dado de la brecha cambiaria, una suba de la cotización oficial empujaría al alza también al dólar informal.

Asimismo, también se pueden escuchar opiniones o leer notas que mencionen al llamado “dólar técnico”, el cual resulta de la división de la base monetaria (billetes y monedas en poder del público más las reservas en efectivo de los bancos) por el monto de reservas en dólares del Banco Central. La lógica de esta cotización técnica consiste en medir cuántos pesos en efectivo hay en circulación por cada dólar que posee el Banco Central; cuántos más pesos en circulación haya por cada dólar de reservas de la autoridad monetaria, se supone que la demanda en el mercado informal sería mayor (siempre y cuando el público quiera deshacerse de esos pesos comprando dólares) y por lo tanto la cotización en este mercado tendería a elevarse.

Realizadas las explicaciones del caso, ¿existe una relación estadísticamente significativa entre estas cotizaciones/valuaciones y el precio del dólar informal? En el presente post me propongo echar algo de luz sobre este punto. Para hacerlo, estudié las series diarias de las mencionadas cotizaciones: dólar informal (fuente diario Ámbito Financiero), dólar oficial o BCRA (fuente Banco Central de la República Argentina), dólar técnico (cálculo propio en base a los datos diarios de base monetaria y reservas en U$S publicados por el BCRA) y dólar contado con liquidación (elaboración propia en base a datos de Invertir Online y Puente). El período de estimación se inicia el 12 de noviembre de 2012 y termina con la última cotización de noviembre del corriente año (29 de noviembre de 2013).

Hay algunos supuestos relevantes que debo mencionar. En primer lugar, se trabajó con las variables expresadas en tasas de variación diarias. Esto permite que los resultados obtenidos correspondan a elasticidades (por ejemplo, en qué porcentaje se incrementa el dólar informal cuando aumenta un 1% el contado con liquidación). Otra opción para obtener un modelo de elasticidades, tal vez más “tradicional”, hubiera sido aplicarles la función logaritmo natural a las variables en niveles y trabajar con esa transformación de dichas series. Sin embargo, utilizar las series en niveles traería problemas de autocorrelación residual cuando estimemos el modelo; asimismo, el hecho de que las series no sean estacionarias en media también podría tener algunas consecuencias sobre la regresión, con lo cual considero que definitivamente es más conveniente trabajar con las tasas de variación diarias, que tienen las propiedades estadísticas adecuadas para estimar una regresión.

En segunda instancia, se supuso que el contado con liquidación, el dólar oficial y el dólar técnico influyen sobre la cotización del mercado informal, pero que esta última no tiene ninguna influencia sobre aquellas tres (en otras palabras, la causalidad es unidireccional). Por último, se contempló la posibilidad de que las tres cotizaciones mencionadas influyan con cierta demora en la cotización del mercado informal; es decir, también se consideró la posibilidad de que no solo los valores actuales de las variables independientes influyan en el mercado informal, sino también los valores pasados de aquellas, así como los de la variable dependiente (dólar informal).

La estimación se llevó a cabo mediante una regresión por mínimos cuadrados ordinarios. En primer lugar,  se utilizó el método Stepwise para seleccionar variables y sus rezagos. Se consideraron como potenciales variables dependientes las series de tipo de cambio contado con liquidación, oficial y técnico con rezagos de 0 a 20 días hábiles (aproximadamente un mes calendario). Para explicarlo en términos simples, el método Stepwise simplemente evalúa todas las potenciales variables explicativas e introduce en el modelo solo aquellas que son consideradas relevantes a un determinado nivel de significatividad estadística (en este caso, se eligió el nivel estándar de 10%). 

Una vez finalizado este proceso, se observó que había evidencia de autocorrelación residual en el modelo, por lo cual se intentó corregir esto con la inclusión de rezagos de la variable dependiente (dólar informal). A medida que se incluían estos términos, se fueron depurando las variables independientes que ya no resultaban significativas estadísticamente. Por último, también se eliminaron aquellas variables dependientes cuyo coeficiente no tenía un sentido económico razonable (por ejemplo, la tasa de variación del dólar técnico se relacionaba negativamente con la tasa de variación del dólar informal, algo que no tiene mucho sentido de acuerdo a la interpretación que se suele hacer acerca de la relación entre ambas series). Como consecuencia de estos últimos dos pasos, la única serie que terminó siendo relevante para explicar el dólar informal fue el dólar contado con liquidación del mismo período.

A los efectos de no extender demasiado este post, no se incluyen estos pasos previos. El modelo definitivo al que se llegó fue el siguiente: 

Figura 1. Regresión por OLS (Ordinary Least Squares) - Modelo Final.

donde @PC(TC_INFORMAL) es la tasa de variación diaria de la cotización en el mercado informal, @PC(CONTADO_CON_LIQUI)  es la tasa de variación del tipo de cambio resultante de la operatoria con bonos anteriormente mencionada y C es el intercepto (ordenada al origen). Respecto a la variable MA(1), MA(3) y MA(7), son errores de pronóstico rezagados de la regresión. Para que quede más claro, la ecuación estimada tiene la siguiente forma:


donde:


Los resultados muestran que un incremento de 1 punto porcentual en el contado con liquidación daría lugar a una suba de 0.28 puntos porcentuales en el dólar informal actual. En cuanto a los errores de pronóstico rezagados (términos MA), la interpretación más intuitiva es que, si se subestima el incremento en el dólar informal en 1 punto porcentual en un día determinado, la tasa de variación esperada se incrementa en 0.15 puntos porcentuales al día siguiente y en otros 0.15 puntos porcentuales dentro de tres días. El término MA(7) es el más “polémico”. Mi interpretación es que, si la semana pasada (más exactamente, hace 7 días) se observó una tasa de variación del dólar informal superior a la esperada en 1 punto porcentual, el mercado esperará que esta semana dicha suba se revierta al menos parcialmente y la tasa de variación del dólar informal se contraiga en 0.18 puntos porcentuales. También cabe mencionar nuevamente que, de acuerdo a estos resultados y si bien gráficamente puede observarse cierta correspondencia en la tendencia de las cotizaciones, las tasas de variación del tipo de cambio oficial y del dólar técnico no son relevantes para explicar los cambios en el tipo de cambio informal.

Como este modelo fue estimado con datos hasta el 29 de noviembre, podemos evaluar su capacidad de pronóstico con los datos posteriores que se han conocido, hasta el 20 de Diciembre:

Figura 2. Pronóstico cotización dólar informal - 2 de Diciembre al 20 de Diciembre de 2013.

En general, el pronóstico parece relativamente satisfactorio. Si tomamos el error absoluto medio como referencia, el error de pronóstico es de 10 centavos en promedio, o bien un 1.11% de la cotización. Lo mismo parece indicar la comparación con la serie real de dólar informal hasta el 20 de diciembre. Por ejemplo, al 20 de diciembre el modelo pronosticaba un dólar informal a $9.69, cuando la cotización de ese día de acuerdo a Ámbito Financiero fue de $9.65.

Figura 3. Cotización del dólar informal - serie pronósticada vs. real.

A modo de conclusión, vale aclarar que este no es el único modelo posible para explicar el comportamiento del dólar informal, sino que puede haber otras combinaciones de las variables evaluadas que sean significativas, o bien pueden existir otras variables relevantes que se hayan omitido. Sin embargo, creo que los resultados obtenidos sirven para confirmar o descartar, con algo más de evidencia empírica y rigor científico, lo que habitualmente leemos y escuchamos en los medios de comunicación. En particular, la operatoria conocida como contado con liquidación es evidentemente una variable significativa para explicar la evolución del dólar informal. En este sentido, la medida tomada esta semana por el Poder Ejecutivo, que habilita nuevamente la operatoria del contado con liquidación “local” (compra de un bono en dólares del gobierno nacional con pesos y posterior venta de la misma especie en dólares, pero en el mercado local, en vez de en el exterior), podría tener algún efecto significativo sobre la cotización del dólar informal, siempre y cuando se pueda realizar libremente como hoy ocurre con el dólar contado con liquidación. Inclusive, potencialmente su relevancia podría ser aún mayor, dado que la operatoria local debiera resultar algo más simple, al no ser necesario contar con cuentas bursátiles y bancarias en el exterior. En los próximos meses veremos si esta nueva operatoria se convierte en otro termómetro del mercado local del dólar.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

La democracia y el accionar político reciente. Un breve comentario.


Muchos de los argentinos estamos enmarcados en un juego vertiginoso y de gran peligro por estos días. El vértigo abrupto con la irrupción de los hechos de saqueos en la mayor parte del país ha amenazado la seguridad y enajenado la propiedad privada de muchos ciudadanos. El esfuerzo laborioso de mucho tiempo parece derrumbarse ante el hurto repentino y, en muchos casos, premeditado de vecinos y conciudadanos. La entrada a los negocios de pobres cooptados por la delincuencia, y delincuentes nacidos en pobreza, se ha transformado en un drama para toda la población, drama como una parte circunscrita de la irresponsable ausencia policial debido a las medidas de fuerza entorno a las demandas de recomposición salarial.  Mientras hace solo algunos meses la fuerza política representada en el gobierno actual consagraba la denominada ``década ganada´´ como la etapa más favorable que tuvo la Argentina en toda su historia. Esto en una semana muy particular tras cumplirse la tercera década de democracia. Desde este respecto, se podría plantear la existencia de un antagonismo sustancialmente llamativo o la inconsistencia del relato decretado sin estupores y algo antitético al observar lo ocurrido. 
    
Un excelente abordaje sobre ese planteo lo noté el sábado pasado en la revista de cultura Ñ desde el interesante análisis político que Beatriz Sarlo realizó sobre los treinta años de democracia cumplidos. La intelectual argentina planteo varios matices de esos años cuyas consecuencias están en el recuerdo de todos. El eje principal, o al menos uno de ellos, es la gestión política en la democracia. Se han observado marchas y contramarchas donde las formas del sistema han estado ausentes, reemplazadas éstas por la mezquindad política como principal característica y elemento fundador de una amalgama de intereses particulares.  Intereses que en muchas ocasiones tienen la contraparte de ser el drama de otros: dinero público desviado a fines particulares de algunos privados. Sin embargo, la fortuna de la vida democrática es irremplazable.  

La génesis de ese escenario tiene una gran similitud a un enroque de intereses -electorado por políticos-, una muestra cabal y explicativa del funcionamiento del sistema político argentino. El logro de la democracia es el más importante que alcanzamos como sociedad en 1983 de la mano de Ricardo Alfonsín: un gran político argentino, un hombre con luces y sombras. Pero un logro como tal debería remontarnos a un camino de avances, pues la consecución de un objetivo social debería suponer un estadío con un subyacente a modo de empuje hacia a un mejor punto de la realidad social. En este sentido, muchos de los aspectos citados por Sarlo son acompañados por derrotas económicas: la década pérdida de 1980, la ilusión y el desencanto del régimen de Convertibilidad y la denominada ``década ganada´´, llenan de sinsabores, elucubraciones trágicas e inusitadas a nuestro país. Un inentendible cúmulo de oficialistas en medio de caminos que confluyeron al caos, desde el ámbito actual, muchos de ellos todavía realizan afirmaciones mentadas sobre hechos que suponen inventados por medios de comunicación y opositores, pero que se evidencian incontrastables como el breve descanso del sol de verano. Quizás la arenga a la militancia intolerante, inconsistente y de una miopía sistémica, enarbola a la incompetencia, el engaño y la parafernalia de muchos de los dirigentes políticos argentinos atisbados por la amenaza del cambio generacional. Cambio que no tuvo el sustento esperado luego del terrorismo de estado.

Los procesos socio-políticos son resultados sutiles de una gestión económica y política. La fase económica expansiva ha demostrado ser ese subyacente que los políticos esperan ante el sufragio, evitando realizar una evaluación seria y comprometida de su gestión. Sin embargo, otra de las contrapartes planteadas es la sustentabilidad de la expansión económica,  la misma diametralmente opuesta a la avaricia de poder político: en una suerte de proceso atrofiante, si la gestión económica no vela por la prudencialidad en el marco de la escasez típica de los países en vías de desarrollo, los pilares de la fase económica positiva se vuelven insostenibles o de una característica de estabilidad inestable cuya materialización puede ser mediante hechos sociales, económicos o ambos.

Muchos puntos críticos de la vida democrática han sido hijos de malas decisiones. Nos podemos equivocar, el futuro no está escrito sino no sería tal. Sin embargo, el factor alarmante es promulgar el no pensamiento y el acomodamiento sobre situaciones que son peligrosas: convalidar la Convertibilidad, integrar la corrupción a nuestros valores, alentar la discrecionalidad impune y las mentiras sobre muchos aspectos de la sociedad actual; son muchos de los ejemplos de nuestra historia reciente que nos deberían aleccionar.

El juego político peligroso que hemos presenciado en las últimas horas pone en evidencia las  motivaciones y valores de la mayoría de los referentes políticos nacionales. La mala gestión de muchos gobernadores provinciales y el escarmiento a éstos por parte del gobierno nacional a través de no asistirlos a tiempo solo tiene el tradicional perdedor: el ciudadano común.

Pensaba en la democracia, en lo que hemos alcanzado y en los que tenemos por delante. Hoy hubiese sido imperdonable proclamar el festejo frente a la decidía política y la grave situación que vivimos.  Repentinamente, el símil recuerdo de estos acontecimientos solo me lleva al misticismo volcado por Aldous L. Huxley en gran parte de su obra. En su emblemática obra titulada Las puertas de la percepción. Cielo e Infierno (1954), el personaje se enfrasca en realidades que transitan la lógica de los sentidos, y van hacia una interpretación, sesgada por la ingesta de productos químicos prohibidos, totalmente desvirtuada y con aires de gran imaginación de objetos precisos tales como una biblioteca. Si tomamos la interpretación de Huxley, tal vez podamos entender la negación de los problemas que tiene nuestra nación a pesar del sistema democrático.