miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Es sostenible el boom del mercado argentino de acciones?

En los últimos meses, el mercado de valores argentino ha mostrado un fuerte crecimiento, luego de un largo período de aparente apatía, probablemente originada en la aversión al riesgo argentino de los inversores. Esta “resurrección” no resulta extraña, teniendo en cuenta que el actual poder ejecutivo no se ha caracterizado exactamente por la previsibilidad de sus políticas, ni por tener una actitud amigable hacia los inversores, ni por su respeto a los derechos de propiedad.  ¿Qué cambió entonces en los últimos meses? ¿Realmente las cotizaciones de las acciones en el mercado de valores argentino están transitando un boom?

Veamos la evolución de los índices Merval y Burcap en los últimos años, y particularmente en los últimos meses:

Figura 1. Evolución del Merval y Burcap 2003-2011

Desde los últimos días de Junio 2013, ambos índices casi han duplicado su valor. Este comportamiento no parece tener antecedentes en la década kirchnerista, exceptuando la salida de la crisis de 2009, cuando el mercado accionario había caído bruscamente y luego se reaccionó ante la fuerte y rápida salida de la economía argentina de la recesión en que había caído. Si alguien me mostrara este gráfico por sí solo, yo seguramente opinaría que en este mercado podría haber una burbuja, dado que una dinámica de este tipo difícilmente pueda ser sostenible. 

¿Qué cambió entonces a partir de fines de Junio? En general, yo he escuchado hablar de la combinación de dos factores. En primer lugar, el resultado de las elecciones primarias del 11 de agosto arrojó una importante reducción en el caudal de votos al oficialismo. Esto habría sido interpretado como una señal positiva para el mercado accionario, teniendo en cuenta que, como mencioné anteriormente, el actual poder ejecutivo claramente no es lo que se denomina un gobierno “market-friendly” (más bien, yo diría que es directamente “market-hostile”). El mercado accionario, encuestas pre-electorales de por medio, habría empezado a subir antes de dichas elecciones, anticipando que se avecinaba una derrota del oficialismo. La tendencia se habría visto reforzada luego de que se confirmara el resultado esperado el 11 de agosto.
El segundo aspecto que se suele mencionar es el hecho de que las cotizaciones en el mercado accionario argentino eran sumamente baratas en dólares, inclusive si se comparan con los precios de otros países latinoamericanos. Este argumento me permite entrar en  la segunda pregunta que plantee en el primer párrafo de esta nota, la cual reformulo a continuación: ¿Las acciones argentinas están efectivamente transitando un boom si las medimos en dólares? ¿Parece ser consistente esta dinámica con la situación macroeconómica de Argentina?

Arranquemos por la cuestión de la evolución de los índices respecto a la cotización del dólar. Para dilucidar cómo ha sido la evolución del mercado accionario argentino medido en dólares, simplemente dividí los índices Merval y Burcap por la cotización del dólar oficial y del dólar informal:

Figura 2. Merval y Burcap, corregidos por TCN oficial (izquierda) e informal (derecha)
Fuente: www.invertironline.com.ar, BCRA y Ámbito Financiero.

La evolución de los últimos dos años cambia bastante de acuerdo a si utilizamos la cotización oficial o la informal. Si utilizamos el dólar informal, la cotización de las empresas argentinas sigue siendo bastante baja en relación a los niveles observados en los años previos. En cambio, si utilizamos el dólar oficial, el mercado de valores argentino habría superado recientemente el máximo que registró durante 2011. Sin embargo, hay una conclusión en común que podemos sacar de los dos gráficos: en ningún caso estamos ante un nivel extraordinariamente elevado de las cotizaciones en dólares, sino que hasta el momento se ubican en niveles inferiores o similares a valores observados en el pasado.

Adicionalmente, la economía argentina ha mostrado una tibia recuperación desde la fuerte desaceleración de la segunda mitad de 2011 y la primera mitad de 2012:

Figura 3. Crecimiento del PBI y la Inversión Interna Bruta Fija (IIBF) desestacionalizados 
(en % respecto al trimestre anterior)
Fuente: INDEC e IBGE.

Como puede observarse, el nivel de actividad comenzó a recuperarse a partir del tercer trimestre de 2012, acompañado también de un rebote en la inversión local y del nivel de actividad de nuestro principal socio comercial (Brasil).


A su vez, por el momento el frente externo parece despejado por el lado del otro factor externo clave: el precio de la soja. Si bien la cotización ha caído, aún se ubica en niveles elevados de acuerdo a sus parámetros históricos:

Figura 4. Precio promedio mensual de la soja (soybean), en U$S por tonelada.
Fuente: Banco Mundial.


Inclusive, si bien la cotización actual es algo inferior al promedio de Septiembre 2013 (en Octubre ha estado fluctuando entre U$S 460 y U$S 480), aún se encuentra por encima de los niveles observados en el primer gobierno kirchnerista y en la crisis internacional de 2008-2010.

Por otro lado, no todo lo que brilla es oro, ya que debe tenerse en cuenta que las cifras de PBI del INDEC han sido cuestionadas últimamente. Las estimaciones privadas coinciden en general en que la economía habría vuelto a crecer, aunque a tasas inferiores a las informadas por el INDEC. Además, aún si continuamos utilizando las cifras oficiales, el nivel de actividad parece haber mostrado una nueva desaceleración en el tercer trimestre del año:

Figura 5. Variación del EMAE, EMI e Índice de Producción Industrial Física de Brasil (% respecto mismo mes año anterior).
Fuente: INDEC e IBGE.

Resulta particularmente preocupante el desempeño del sector industrial, que no parece terminar de recuperarse y ha mostrado una nueva recaída en Agosto 2013, arrastrado no solo por los problemas de política económica interna, sino también por el débil comportamiento que ha mostrado el sector industrial brasilero. Por lo tanto, como dije en algunas de mis notas durante el año 2012, el problema para Argentina sigue siendo el magro desempeño de Brasil y la pésima reacción de política económica que tuvo el gobierno argentino ante este shock. 

¿Qué puede implicar todo esto para el mercado accionario argentino? Si bien algunos “fundamentals” macroeconómicos siguen mostrando cierta debilidad, la economía argentina no está en una situación terminal, al menos por el momento. A su vez, aunque la cotización de las acciones de empresas argentinas ha mostrado un fuerte crecimiento, el nivel de las mismas no se ubica actualmente en un nivel irrisoriamente elevado si lo medimos en dólares. Por lo tanto, nada parece indica que en Argentina pueda haber una burbuja. 

Sí es cierto que, dado que la recuperación del mercado accionario argentino se ha basado en un factor tan subjetivo como la previsible derrota del oficialismo en las elecciones del 27 de octubre y que algunos aspectos de la situación macroeconómica continúan mostrando la debilidad de la economía argentina, es posible que haya una corrección post-electoral en el mercado de acciones. Además, como mencioné anteriormente, no se trata solo del magro desempeño reciente de Brasil: también se han cometido errores de política económica que nos han dejado con un bajo crecimiento acompañado de una tasa de inflación superior al 20%, problemas de competitividad, una caída incesante de las reservas internacionales y un cepo cambiario del cual será complejo salir. La reciente noticia sobre el triunfo del gobierno kirchnerista en la batalla judicial contra el principal multimedios del país probablemente tampoco ayude a mantener el optimismo de los inversores en el corto plazo. Al fin y al cabo, si algo nos ha enseñado la historia financiera es que la ley de gravedad se cumple, más tarde o más temprano, en todos los mercados del planeta: todo lo que sube, algún día tiene que caer.


sábado, 26 de octubre de 2013

Test de orientación electoral: ¿Cuál es su ideología?

En vísperas de las elecciones, me salgo un poco de la economía para jugar un poco con la política. Mañana domingo tenemos elecciones legislativas. El resultado de las elecciones primarias, así como las encuestas previas a las elecciones, indican que el oficialismo estaría sufriendo derrotas en los principales distritos del país (CABA, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe), además de una importante reducción del caudal de votos a nivel nacional.

En mi opinión, nuestra elección como votantes suele distar mucho de ser "racional", sino que se basa más bien en emociones y reglas de decisión simples. Si un candidato nos disgusta por algún motivo (como la forma en que habla o la ideología que dice o parece representar), no lo votamos; en cambio, si nos cae "simpático" por algún motivo o pertenece a determinada ideología, lo votamos. Difícil es encontrar a alguien que evalúe las propuestas, discursos y declaraciones de cada candidato para elegir aquél que propone las medidas más aptas de acuerdo a su propio criterio.

Ahora bien, la decisión de no revisar plataformas electorales, propuestas, discursos, etc. de cada candidato es en sí misma una elección racional. La mayoría de los votantes no se dedican a la política y prefieren dedicar el tiempo libre a su familia, estudios, hobbies, etc. Aún más, a una parte seguramente significativa, ¡ni siquiera le interesa la política! 

¿Cómo podemos los votantes tomar nuestra decisión utilizando la menor cantidad de tiempo y esfuerzo posibles y tratando de no equivocarnos? Para hacerlo, debemos simplificarla y reducir al mínimo la cantidad de información que debemos procesar acerca de cada candidato. Por este motivo existen las ideologías. Las ideologías agrupan ideas de determinada tendencia y reducen la cantidad de información de los candidatos que los votantes debemos considerar a la hora de votar. También le sirven a los candidatos: en vez de tener que evaluar qué harían y con qué tipo de medidas estarían de acuerdo en cada situación o aspecto particular, pueden ocupar determinado espacio ideológico, logrando así simplificar la evaluación del amplio espectro de decisiones que deben tomar como políticos (muchas veces en cuestiones que además no entienden) y conseguir así los votos de individuos que también simplificaron su decisión y eligieron votar de acuerdo a una determinada ideología. Volviendo a la decisión del votante, si sabe que en general se identifica con las ideas de centroizquierda, puede votar a un candidato que declare tener esta ideología y se comporte acorde a ella (por ejemplo, UNEN). Muchas veces también pueden influir las emociones en la decisión: si venimos de una familia tradicionalmente peronista, es posible que tengamos simpatía por candidatos peronistas y los votemos.

En resumen, probablemente usamos poco nuestra parte "racional" del cerebro para tomar decisiones electorales. Para hacerlo, muchos individuos recurren a una heurística (léase, una regla de decisión simple): si un candidato pertenece a determinada ideología con la cual me identifico hoy en día, lo voto. En otros casos, apelamos directamente a las emociones (nos gusta la forma de hablar del candidato, o votamos de acuerdo a nuestra tradición familiar, etc.).

Por lo tanto, les dejo un aporte para que puedan identificar mejor a qué ideología pertenecen. Haciendo click aquí, pueden ingresar a un breve test que nos indica cuál es nuestra orientación ideológica. El test es gentileza del Partido Liberal Libertario, una organización política recientemente creada en la Ciudad de Buenos Aires y que participa en su primera elección, que se identifica con la ideología liberal (entiendo que sería algo así como el Tea Party argentino). 

Como verán en el link, solo deben responder 10 preguntas, 5 vinculadas a la libertad política y 5 a la libertad económica. De acuerdo a sus respuestas, pueden pertenecer a 5 espectros ideológicos distintos: Totalitarismo/ Estatismo, Izquierda, Derecha, Centro y Liberal/Libertario. En mi caso en particular, quedé situado exactamente en el ángulo izquierdo superior del área que identifica a la ideología de Centro; es decir, estoy en el límite entre Centro, Izquierda y Liberal. Al parecer, se podría decir que soy un liberal de centroizquierda, algo parecido a cómo Lanata se definió a sí mismo.

Ojalá que, a pesar de ser excesivamente simple, el test les sirva de orientación para dirigir su voto. En caso contrario, los seres humanos siempre podemos crear alguna otra heurística que nos permita simplificar nuestra decisión electoral. Pero los invito a que dejen el resultado del test que obtuvieron en los comentarios, sobre todo para ver si encuentro algunos otros bichos raros que quieran fundar conmigo el Partido Progresista Liberal Argentino.

¡Saludos y buen fin de semana!

miércoles, 23 de octubre de 2013

Una elección política incorrecta derivada del crecimiento económico

Uno de los objetivos más trascendentales de la vida democrática de los países debería estar dado en las características de la transición del poder. En cada cambio de administración gubernamental, las condiciones socioeconómicas deberían transitar un proceso de mejora o, al menos, las políticas que se habían gestionaron precedentemente tendrían el foco en ese sentido. Al observar los avances institucionales que se produjeron en varios países emergentes, es inevitable caer en cuenta de una correlación positiva con las mejoras de las condiciones económicas de esos países. Por cierto, Brasil, con sus matices y problemas estructurales de antaño, ha tenido gran continuidad en la gestión institucional y, a su vez, una macroeconomía de performance notoriamente más estable que durante gran parte del siglo XX. Otro ejemplo, con diferencias, es Perú. En ese país, existe una importante sostenibilidad en las políticas económicas que han tenido resultado muy auspicios en materia de crecimiento, estabilidad e inflación. Sin embargo, ante países distintos, mayores o menor matices, pero matices al fin. Esto nos lleva a pensar pragmáticamente en lo fructífero de analizar y comparar ciertas políticas similares en distintas naciones, aunque debemos asumir que esto conforma uno de los elementos más importantes que disponemos para evaluar políticas.    

En la actualidad, podemos observar países con economías de tasas de crecimiento positivas aunque algo menores que en la primera década de 2000, pero con ciertos problemas estructurales aún sin resolver. Las estructuras productivas y, en consecuencia, las exportaciones, todavía guardan una fuerte concentración hacia sectores de bienes primarios; en algunos países el sector industrial todavía no muestra un fuerte despegue luego varios años de expansión del producto. A su vez, existen niveles de regulación vinculados principalmente con un capitalismo de prebenda y otros aspectos que en ciertas ocasiones nos recuerdan los fracasos del pasado. En este contexto, si nos detenemos a recordar los discursos de los administradores de gobierno, notaremos que este hecho ha sido utilizado de manera constante, como una especie de credencial proselitista. Una buena estrategia, por cierto, pero de corto plazo al observar que, en muchas oportunidades, los resultados de las elecciones nacionales fueron a favor de los hacedores contemporáneos. Contrariamente, si indagamos la historia económica, las dinámicas exitosas tienen un denominador común: la sustentabilidad de las políticas socio-económicas en un marco institucional consistente con independencia de las ideologías y los grupos de poder responsables en cada momento de la historia.

Así pues, se torna necesario notar sucintamente (ya que el análisis excede la naturaleza de la presente nota) algunos aspectos relacionados. La hipótesis de la denominada estrategia populista de los hacedores de política fue muy conocida durante gran parte del siglo XX en los países de Latinoamérica, como así también sus resultados. Paradójicamente, existe un gran consenso acerca de su permanencia en la actualidad.  Si bien esta hipótesis es correcta; no tendría, no obstante, una argumentación sistémica de ciertos fenómenos que se interrelacionan dentro de esta misma temática y que parecen tener gran recurrencia. Asimismo, si solo postulamos que la estrategia de los hacedores de política es insustentable, caemos en un error grave de identificación del problema el cual no solo se circunscribe a la coyuntura sino que tiene efectos dinámicos sobre la estructura social y de producción de una nación.

Desde ese respecto, a las decisiones de política es esencial adicionar el consenso agregado del electorado que, con anterioridad, dispensó la responsabilidad en la administración política. Este aspecto es transcendental si queremos entender la inconsistencia dinámica que se evidencia en  los responsables de conducir a los países hacia una senda de mayor bienestar. Entonces, postulamos a las instituciones en su carácter de autónomas y de acción lógica como los elementos vitales hacia la consecución de esos objetivos.
Los arreglos institucionales han tenido relevancia en la mayoría de los procesos económicos exitosos en el largo plazo. Los países con sistemas democráticos más avanzados han convivido en  escenarios macroeconómicos de crecimiento estable con escasa frecuencia de hechos de volatilidad real y financiera. Estos arreglos institucionales están formados no solo por los distintos organismos del sistema de poder democrático, las entidades regulatorias independientes, el marco legal y el enforcement; sino también, y con una importancia creciente, con la institucionalidad enmarcada en aquella continuidad de políticas socio-económicas en aras de la estabilidad económica y el camino hacia entornos sociales más equitativos. De hecho, las condiciones del desarrollo están sustentadas, en su estadío más primitivo, en esos pilares. En consecuencia, es aquí donde tenemos una sutil evidencia sobre la  institucionalidad que nos invita a detenernos y pensar. Se plantea, pues, la necesidad de notar que el set de instituciones y su  (correcto) funcionamiento interrelacionado de los que dispone un país, posee una relevancia trascendental al crecimiento económico: es un factor de perpetuidad necesaria hacia el camino del éxito de las sociedades.     

En suma, podemos afirmar que el fracaso de las naciones no tiene características monocausales, su génesis es más compleja y requiere ciertos lineamientos que se deberían extrapolar de la visión única del crecimiento económico como signo del éxito último. Las puertas del desarrollo estarían en la salida de la inconsistencia dinámica de conformarnos solo con el crecimiento.   

sábado, 19 de octubre de 2013

PBI per cápita y expectativa de vida: el "gran salto" del siglo XX

Luego de una semana nuevamente complicada para aportar algo al blog, dejo otro post de viernes retrasado. 

El miércoles de esta semana tuve la oportunidad de escuchar una charla de Federico Sturzenegger, economista, candidato a senador de PRO y presidente del Banco Ciudad. Si bien la charla debía ser sobre la coyuntura que enfrentará la economía argentina en 2014, el tema del congreso estaba vinculado a la innovación en el mercado de créditos, con lo cual Sturzenegger avisó que iba a improvisar un poco y su conferencia giró principalmente en torno al tema de la innovación en general.

La mayor parte de la charla la ocupó contando la historia de dos innovaciones que están en su último libro (el cual, pese a que no le tenía nada de fe antes de empezar a leerlo, resultó ser muy interesante). Uno es el caso de la siembra directa, que comenzó a utilizarse a partir de la iniciativa de Víctor Trucco, un bioquímico y productor agropecuario argentino que hoy reside en la ciudad de San Jorge, Santa Fe. El otro es el caso de Microsoft vs. Netscape: si bien esta última empresa terminó quebrando, su modelo de internet abierta se impuso y Microsoft terminó perdiendo un juicio por monopolio debido a que bloqueó el navegador de Netscape en sus sistemas operativos.

En un momento de la charla, exhibió un gráfico animado que muestra la evolución del producto per cápita y la esperanza de vida en varios países del mundo entre 1800 y 2012, con el objeto de mostrar el efecto que las innovaciones de las últimas décadas han tenido sobre el crecimiento económico y la calidad de vida. El gráfico fue obtenido de la página web http://www.gapminder.org

Haciendo click aquí pueden acceder al gráfico mencionado. Es importante destacar algunas cuestiones que se observan en el gráfico:

1) Cada círculo es un país, su color indica el continente al que pertenece y el movimiento de los círculos indica cómo evolucionó la relación entre la esperanza de vida de los habitantes y el PBI per cápita a lo largo del tiempo.
2) Como podrán observar, el eje vertical corresponde a la expectativa de vida y el eje horizontal al PBI per cápita.
3) Nótese que la mayor parte del movimiento hacia el cuadrante derecho del gráfico (es decir, hacia los mayores niveles de producto per cápita y expectativa de vida) se dieron básicamente en los últimos 50 años.
4) Pese a lo anterior, puede observarse que hace alrededor de un siglo algunos países europeos, norteamericanos y de Oceanía se empiezan a despegar del resto.
5) China prácticamente no se mueve hasta 1930/1940. En los años '40 hay un movimiento extraño de aumento de la expectativa de vida con caída del producto per cápita. Luego de algunas subidas y caída bruscas en la expectativa de vida en las décadas siguientes (Sturzenegger las vinculó a las matanzas por la reforma agraria de Mao Tse Tung, algo que admito que no he tenido tiempo de chequear, pero parece razonable), a comienzos de los '80 empieza un movimiento ascendente sostenido en la expectativa de vida y el producto per cápita, en coincidencia con el proceso gradual de reformas pro-mercado y la apertura al mundo.
6) Nótese también como la parte inferior del gráfico termina siendo ocupada casi exclusivamente por los países africanos, los cuales exhiben al día de hoy los menores progresos en términos de calidad de vida de su población.

Ahora agrego un aporte propio al interesante video que mostró Sturzenegger en la charla. ¿Qué pasó con Argentina a todo esto? Bueno, haciendo click aquí pueden ver el mismo gráfico animado, pero solo con Argentina, Estados Unidos, Australia y Canadá.

1) El gráfico arranca con Canadá y Estados Unidos en mejores condiciones de expectativa de vida en el 1800. Argentina y Australia son similares en este punto, pero Argentina se ubica en un punto intermedio entre Australia y los países norteamericanos en términos de PBI per cápita.
2) En la década de 1820, Australia empieza a alcanzar a Argentina en PBI per cápita y la supera en la década siguiente.
3) En la década de 1870, Australia comienza a mejorar su expectativa de vida, mientras que Argentina sigue estancada en este aspecto hasta el año 1900.
4) A partir de la década del 1900 y hasta aproximadamente la década de 1930, Argentina comienza un proceso de "catch up" y parece querer alcanzar a los otros tres países. La mejora en términos de esperanza de vida y PBI per cápita es notable en esta época.
5) Entre las décadas de 1940 y 1970, este proceso parece frenarse, pero Argentina logra sostener la diferencia que mantiene con Australia, Canadá y Estados Unidos. En su defecto, la distancia se acrecenta solo levemente.
6) En las décadas de 1980 y 1990, los tres países continúan moviéndose hacia el cuadrante superior derecho, pero Argentina se estanca en términos de PBI per cápita. Recién en la última década (los años 2000) parece haber una tendencia incipiente a reducir la distancia con los tres países mencionados.

Lo bueno de la página de Gapminder es que el gráfico puede parametrizarse con muchas otras variables y permite ver la evolución a lo largo del tiempo de Argentina u otros países en distintos aspectos. Por ejemplo, pueden verse las emisiones de dióxido de carbono, o la evolución del PBI per cápita de Argentina o China respecto a otros países. La herramienta es realmente muy útil, con lo cual los invito a jugar un poco con ella. Y si descubren algo interesante, no dejen de avisar en los comentarios.

¡Saludos y buen fin de semana!


sábado, 12 de octubre de 2013

Premio Nobel de Economía 2013: ¿quién resultará premiado este año?

Ante la falta de tiempo para escribir un nuevo post de viernes en el día de ayer, hoy va un nuevo post relajado para un sábado. Esta semana comenzaron los anuncios de los premios Nobel del año 2013. Luego de mi "alegría" porque este año se hayan reconocido importantes logros, como la hipótesis del bosón de Higgs en Física (hoy aparentemente confirmada con la utilización de un acelerador de partículas conocido popularmente como "la Máquina de Dios") y el premio Nobel de la Paz vinculado al desarme de armas químicas, en algo más de 24 horas llega el premio que más me interesa. El lunes, aproximadamente a las 8 a.m. de Argentina, es el turno del premio Nobel de Economía, la "ciencia maldita" (tal como la denomina Lucas Llach en su blog). 

Repasemos algunas estadísticas interesantes. Desde 1969 hasta hoy, se ha otorgado el premio en 44 oportunidades a 71 científicos (tengan en cuenta que cada año el premio puede ser compartido por hasta 3 personas). Algunas curiosidades:

1) Solamente una mujer lo ganó: fue Elinor Ostrom, recién en el año 2009 (¡40 años después de que comenzó a otorgarse!). Claramente se trata de un premio "machista", sobre todo teniendo en cuenta que, si bien durante muchos años los economistas hombres fueron mayoría, no han faltado aportes importantes de mujeres (en una lista muy personal, ¿Joan Robinson, Anna Schwartz, Anne Krueger, Carmen Reinhart, Graciela Kaminsky?).

2) La persona de mayor edad que ganó el premio Nobel fue justamente en Economía. Se trata de Leonid Hurwicz, que tenía 90 años cuando le fue otorgado en 2007.

3) El premio Nobel de Economía tiene el mayor promedio de edad al momento del otorgamiento: 67 años, cuando el promedio de todos los premios Nobel es de 59 años. Según Peter Englund, Secretario del Comité que otorga el premio en Economía, una posible explicación de este hecho es que la Economía es una ciencia (tradicionalmente) no experimental, con lo cual tal vez se necesita un período más largo para ver si un aporte científico pasa la "prueba del tiempo".

4) Aunque aquí no cuento con datos exactos, una amplia mayoría de los premios en Economía han sido otorgados a científicos con ciudadanía norteamericana, o bien a científicos que trabajaban en universidades norteamericanas. 

Otro dato interesante surge de ver las estadísticas sobre a qué disciplina corresponden los premios otorgados (cabe aclarar que la clasificación es de elaboración propia y que algunos premios son difíciles de asignar a una disciplina única):

Econometría 10
Microeconomía 21
Crecimiento económico 2
Contabilidad nacional 2
Desarrollo económico 9
Macroeconomía 10
Economía internacional 4
Economía financiera 5
Teoría de los Juegos 8

La disciplina que más premios se ha llevado es la microeconomía, categoría en la que agrupé varios premios destinados a la teoría del equilibrio general y parcial, aportes de economía del comportamiento, economía del sector público, etc. Si también sumáramos a los rubros de economía financiera y teoría de los juegos, los cuales también tienen un trasfondo microeconómico, las disciplinas microeconómicas se alzarían con 34 premios, casi la mitad de total. La gran ganadora a lo largo de la historia ha sido claramente la Microeconomía.

En segundo lugar, se encuentran empatados los premios a Macroeconomía en general y Econometría. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, sumando Economía Internacional y Crecimiento Económico al rubro de Macroeconomía (que deberían considerarse una "sub-disciplina" de la Macroeconomía), tendría en total 16 premios. Asimismo, algunos premios a aportes a la Econometría tienen una aplicación específica a la Macroeconomía (como el premio de 2011 a Sargent y Sims).

Luego quedarían entonces Econometría con 10 premios y Desarrollo Económico con 9 premios. En última instancia está el campo de Contabilidad nacional, difícil de clasificar en otro rubro (de incluirlo en alguno, probablemente entraría en Macroeconomía).

¿Qué podemos decir del premio de este año? Adivinar es muy difícil, pero hay quienes arriesgan algunas predicciones. Por ejemplo, Thompson-Reuters da una lista de candidatos para tres campos de la economía:

- Econometría de Series de Tiempo: Sir David F. Hendry, M. Hashem Pesaran y Peter C.B. Phillips.
- Teorías Económicas de la Regulación: Sam Peltzman y Richard A. Posner.
- Microeconomía empírica: Joshua D. Angrist, David E. Card y Alan B. Krueger.

Otra predicción la ha realizado Hubert Fromlet, profesor visitante de la Universidad de Linnaeus en Suecia, quien predijo el premio a Dale Mortensen en 2010:

* Robert Barro: Harvard University 
* Paul Romer: New York University 
* Avinash Dixit: Emeritus, Princeton University 
* Gene Grossman/Elhanan Helpman: Princeton University/Harvard University 
* Angus Deaton: Princeton University. 
* Lars Peter Hansen: University of Chicago 
* Bengt Holmstrom: Massachusetts Institute of Technology 
* Jean Tirole: Toulouse 1 University Capitole 
* Douglas Diamond: University of Chicago 
* Jerry Hausman: Massachusetts Institute of Technology 

Por último, The Wall Street Journal publicó otra lista de candidatos, que incluye a varios de las listas anteriores y a Philip Dybvig (quien lo recibiría junto con Douglas Diamond, por sus aportes a las teorías de las crisis y regulación financieras y bancarias), Oliver Hart, Gary Gorton, Paul Milgrom (los tres por aportes vinculados a microeconomía y organización industrial), David Kreps (teoría de los juegos), Robert Shiller, Richard Thaler (ambos por economía del comportamiento), Philippe Aghion, Peter Howitt (crecimiento económico), y Angus Deaton (desarrollo económico).

Por mi lado, vengo prediciendo (y equivocándome) hace años que el ganador debería ser Robert Barro, quien para mi es una de las mentes más prolíficas que le queda a la disciplina macroeconómica.  Dejando de lado esta opción, creo que serían justos merecedores Robert Shiller y Richard Thaler, o bien Douglas Diamond y Philip Dybvig, ya sea por aportes a la economía del comportamiento o a las teorías sobre crisis financieras. Estas elecciones serían además políticamente correctas, teniendo en cuenta que estos temas son discutidos ampliamente en la actualidad como consecuencia de la reciente crisis financiera. En última instancia, creo que también sería razonable que el premio volviera a la Econometría, teniendo en cuenta los innumerables aportes de esta rama en las últimas décadas. En este caso, cualquiera de los candidatos del rubro mencionados anteriormente podría ser ganador. Me resulta extraño que no se nombre en este rubro a Soren Johansen, cuyo test de cointegración es ampliamente utilizado en trabajos econométricos de series de tiempo. También me gustaría ver ganador en este rubro a M. Hashem Pesaran... pero en este caso por el mero hecho de que estoy basando mi tesis de posgrado en un paper escrito por él (junto con otros dos autores).

En fin, algunos de los nombres del párrafo previo son mis predicciones. El lunes se develará el misterio y podremos opinar sobre el o los ganadores. Quien quiera dejar sus propias predicciones u opiniones en los comentarios, es bienvenido.

¡Saludos y buen fin de semana!

viernes, 4 de octubre de 2013

Post de viernes: un test para saber si somos keynesianos o monetaristas.

Hoy decidí subir un post relajado digno de día viernes. La semana pasada estaba hojeando una enciclopedia de economía que tengo y, ya llegando al final del primer tomo, me encontré con una excentricidad digna de nosotros los "nerds económicos": una suerte de test de autoyuda para economistas.

Antes de pegarles la imagen del test, dejo una introducción concisa, incompleta y seguramente muy mejorable de qué son la escuela monetarista y la escuela keynesiana, por si algún "no economista" tiene la pésima idea de gastar su valioso tiempo leyendo esto. Se recomienda googlear si quieren contar con más información acerca de estas escuelas de pensamiento económico:

Escuela keynesiana: "El keynesianismo o economía keynesiana es una teoría económica propuesta por John Maynard Keynes, plasmada en su obra Teoría general del empleo, el interés y el dinero, publicada en1936 como respuesta a la Gran Depresión de 1929. Está basada en el estímulo de la economía en épocas de crisis.
La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos.El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada."

Escuela monetarista: "...Aún cuando no constituye una escuela del pensamiento económico como tal sino más bien una tendencia, ha ejercido una gran influencia sobre numerosos economistas y, de hecho, hay una escuela de pensamiento económico — laEscuela de Economía de Chicago — que generalmente es percibida como "monetarista", al punto que, en el presente, cuando se usa el término “monetaristas” - especialmente por los no especialistas- generalmente se entiende esos monetaristas influidos por M Friedman (o Escuela de Chicago).
...Los monetaristas comparten la concepción de la Economía clásica y neoclásica del equilibrio económico; específicamente, la propuesta que si la oferta monetaria equipara la demanda por liquidez, los precios serán estables. Igualmente comparten la percepción de un mercado libre pero con el proviso que el gobierno (o autoridades monetarias) tienen la obligación de mantener la estabilidad económica (no obstante, ver "Aporte de Lerner" etc, más abajo ). A diferencia del resto de los neoclásicos (y marginalistas) no utilizan el individualismo metodologico: el interés monetarista se centra en agregados (monetario, demanda, etc)."

Fuente: Wikipedia.



Como verán, se supone que es un test que nos permite saber si somos keynesianos (postura A) o monetaristas (postura B). La verdad es que el asunto parece bastante trivial, porque los economistas solemos tener bien en claro si somos keynesianos, monetaristas o si estamos en algún punto en el medio. También es cierto que probablemente los economistas marxistas, o de alguna otra escuela, se sientan discriminados. Solo puedo pedir disculpas por excluirlos y prometer que trataremos de compensarlos en algún post futuro.

Más allá de estas críticas, el test no deja de ser una curiosidad divertida. Además, para quienes creemos que conocemos nuestras preferencias ideológicas, podría llevarnos a un resultado que nos sorprenda. En mi caso, el resultado fue 12 a 9 a favor del keynesianismo (nota para el lector: ya sé que mis respuestas no suman 18, pero como en el fondo soy un pragmático, me tomé la licencia de permitirme elegir las dos opciones en algunas preguntas en las cuales creo que la respuesta es "depende de las circunstancias". Quien quiera hacer el test, tiene la autorización del autor del post para hacer lo mismo.). Hablando de sorpresas, me asombró un poco el alto puntaje monetarista que obtuve. Me imagino que tiene que ver con el hecho de que la escuela keynesiana tiene en realidad varias ramificaciones y yo me considero un keynesiano neoclásico, seguramente la rama del keynesianismo menos alejada del monetarismo. 

En fin... espero que les resulte un ejercicio tan curioso como me resultó a mi. Si alguien hace el test, le sugiero que deje el resultado en los comentarios del post. No se lo tomen muy en serio tampoco... es solo un post de viernes por la tarde.

¡Saludos y buen fin de semana!